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Informe Palomino

Palomino, un corregimiento que no sólo llama la atención por su ubicación estratégica entre la Sierra nevada de Santa Marta y el Mar Caribe, condiciones ideales de productividad y obtención de recursos, sino por la reunión de culturas diversas y el estrecho contacto con lo natural. La idea que tendríamos sobre este lugar podría asociarse con extensas playas, el río y su llegada al mar, los atardeceres, pero este pueblo, se mueve hoy entre el impacto que por años tuvieron el conflicto armado, los cultivos ilícitos, el tráfico de drogas, y las nuevas redes de contrabando y crimen organizado que se disipan actualmente entre un mundo de emigrantes que ven las condiciones naturales de este lugar como una oportunidad única para buscar otros modos de vida. 

MAPA COGNITIVO PALOMINO

Entre los fenómenos detectados están las nuevas tendencias que han generado la llegada creciente de extranjeros, muchos de ellos queriendo tener contacto con la experiencia de vida de las comunidades indígenas. Es un turismo extraño, que ha creado un ambiente de pasividad, en busca de la armonía con lo natural, pero que en la mayoría de los casos no deja de evadir la realidad de los habitantes y termina siendo igualmente pasajero. A pesar de que con la llegada de hostales y restaurantes, la comunidad encuentra nuevas opciones de empleo mucho más formales, no dejan de ser actores excluyentes, sin ningún propósito de integración. Por otro lado, encontramos las tensiones entre estos nuevos barrios y los tradicionales, pero igualmente una fragmentación espacial y de contacto comunitario entre los barrios propios del corregimiento, no se establecen contactos entre la gente más allá de las casas vecinas.

 

El pueblo parece movido principalmente por fuerzas externas, algunas con muy buenas intenciones, a diferencia de los hoteles, algunos pequeños grupos ven aquí un lugar ideal para reconocer y valorar la importancia de los ecosistemas, recuperar esos valores ambientales, y encontrar modelos de hábitat más conscientes. El reto está en descubrir el potencial de las culturales locales para enfrentar y aprovechar estos procesos de transformación, y de esta forma, encontrar el punto de conexión entre el modo de vida del palominero, sus verdaderos intereses, y las ideas de quienes llegan allí en condición de inmigrante, cómo lograr que este microcosmos natural se convierta en posibilidades de desarrollo rural y económico, más que en un simple chance de supervivencia.

ESTUDIO TIPOLÓGICO "VIEJA MELLO"

Vivienta tradicional en bloque y tejado en lámina de zinc

Vivienda en madera y palma // Proyectada para hotal

Vivienda en concreto y cubierta en zinc

Vivienda reciclable

Vivienda en concreto y cubierta en zinc 

Sin embargo, a la hora de enfrentar las dificultades de los pobladores, no podemos pretender solucionar tal magnitud de inconvenientes y carencias, nuestro trabajo no va más allá del que le corresponde al gobierno municipal y nacional. Y en este orden de ideas, lo ideal sería que fuéramos más un apoyo complementario al que debería ser el emprendimiento de proyectos de inversión social y de saneamiento básico. Sin embargo, y teniendo en cuenta esto, nuestro punto de partida como universidad es el hecho de que no podemos buscar imponer nuevas circunstancias para quienes han vivido allí durante años y pretender entenderlo todo, es por ello que el trabajo que estamos realizando ahora es fundamental para reunir el pensamiento de la gente, tratar de aprender de sus problemas y de las tensiones existentes, y extraer las formas más viables que permitan redireccionar acciones más útiles y vinculantes.

 

¿Seguir trabajando en Palomino? Por supuesto que sí: En Colombia es muy difícil crear lazos de cooperación, durante decenas de años son otros los intereses que han primado, y si nuestra tarea es motivar actitudes de cambio, a pesar de las constantes dificultades y desilusiones, es vital seguir dando ese empujón. Sin embargo, debemos tener claro que cada uno de los proyectos que se emprendan no es de nosotros, es de la comunidad. Y mucho más importante, tener la seguridad de que los palomineros lo tengan presente, es a ellos a quienes les corresponde la conquista de su propio pueblo. 

Es así como las líneas de acción que se emprendan deben tener en cuenta que gran parte de las causas para que la población no adopte totalmente los proyectos realizados es la inexistencia de bases sólidas de sustento. No es nada fácil cambiar la forma de pensar de un pueblo cuyo principal interés es la lucha por subsistir, es por ello que las relaciones que se creen deben ser lentas pero fuertes, intentar buscar lazos de permanencia con personas y grupos seleccionados. 

Las envidias y los roces siempre existirán, los objetivos deben ser más fuertes que todo ello. Igualmente, la búsqueda de proyectos más firmes, no sólo en la transformación de la imagen del pueblo (y en este sentido proyectos como la biblioteca tienen gran capacidad) sino en la generación de proyectos vinculantes, ante la desatención y el olvido del estado, la gente quiere desarrollarse plenamente, hacer lo que le gusta y fortalecer su capacidad de trabajo y las opciones de ingreso.

 

La creación de nuevos espacios debe ir de la mano con la generación de propuestas diversificadas: especialmente en la creación de proyectos productivos, deportivos, el fortalecimiento de agentes no sólo culturales sino de capacitación y emprendimiento en el marco del desarrollo rural y de las fuerzas económicas posibles en Palomino.

 

El trabajo de ciertas personas y la alegría y motivación de otras tantas superan cualquier desaliento que hayamos tenido, vale la pena seguir intentándolo.

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